viernes, 27 de junio de 2008

Relación entre lo político y lo académico

La contribución que han realizado los estudios de género es la ampliación del concepto de género. Las feministas de los años setenta limitaban los problemas de género a los problemas de las mujeres oprimidas. Después de los noventa se comenzó a trabajar con más fuerza en temáticas como los gays, las transexuales, los intersex, la bisexualidad. La opresión no fue sólo de las mujeres, hay varios trabajos que se ocuparon de cuestionar la masculinidad y la opresión (en menor medida que las mujeres) que sufrían los hombres por el deber de cumplir con el estereotipo masculino.
Aunque este aporte sumó mucho a las cuestiones de género, no se pueden entender estas problemáticas sin entrelazar el género como una opresión más de clase. La comunidad GLBTTI no puede ser analizada sólo por una construcción de identidades; es necesario cuestionar porque determinadas identificaciones se anclan en la marginación, en la invisibilización o pasan a ser absorbidas por el consumo capitalista. Es importante cuestionar los estereotipos y no simplemente exponerlos.
Cabe aclarar que lo académico sigue relacionado con lo político, pero las condiciones de lucha de estos movimientos han cambiado. Aunque aumento en cantidad la lucha de estos movimientos, en especial de las llamadas “minorías sexuales”, es muy diferente al posicionamiento político de los setenta. Es evidente que la última dictadura militar modifico el accionar de todos los movimientos sociales.
Las feministas actuales no buscan revoluciones sociales sino reformismos legislativos. La lucha más importante, en este momento, es la legalización del aborto y la mayoría de las corrientes intentan conseguirlo con la ayuda del gobierno.
Por otro lado, los movimientos GLBTTI buscan el reconocimiento social como una cuestión abstracta y simbólica y se aglutinan en el amparo del gobierno nacional y la mayoría de los representantes políticos trabajan en el INADI. Bajo esta lógica… ¿Cuan críticos al sistema pueden ser? Ya no se busca modificar el sistema, sino ser incluidos. Pensemos en la lucha por el matrimonio o por la adopción, por ejemplo.

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