sábado, 21 de agosto de 2010

Rostros en movimiento


Vi rostros en tu rostro o tu rostro en otros rostros. No lo sé, estaba tan mareada. Las luces iban y venían, subían y descendían, alterando mis nervios un poco más. Todo daba vueltas, todos tus rostros daban vuelta por el lugar, tomaban cerveza, hablaban con otros rostros que no eran los tuyos.
Intentaba moverme, seguir una música que no escuchaba. Me guiaba por la vibración de mi cartera y la intensa latencia que percibía en los demás rostros que no eran los tuyos. Yo no era parte, tu rostro tampoco lo era. Éramos escamas de un pasado que no volverá pero que está ahí, embebiéndose en otros rostros.
Trate de calmar la mente y por ahí más abajo, las luces eran las que ahora daban vueltas. Entonces decidí trasladarme de la pista hasta el baño, del baño a la barra, de la cerveza a la nada. Pues ya no recuerdo pero estaba hermosa. Era una luz más perpendicular a otra, mierda, estaba tan linda y no estabas aquí para verlo. Tus rostros ya no estaban, se movían por la oscuridad y yo tan luminosa.
Quería más, ahora quería más… ¿y donde están esos rostros? – pensé. Pues, ven aquí, te estoy esperando, vamos amorcito y otro vaso más. Tus rostros no querían verme valiente sólo atormentada… ¡Ay, son tan vos! Buscando ver como caiga, pero no, mira que estoy sobre esta pared, ella me detiene.
“volvamos a bailar” me dijo mi compañera, que recién ahora recuerdo que estaba. Seguí el camino que ella marcaba, me puse firme y vamos que enfrento todo rostro, todos los tuyos. Justo ahora, ya no estaban, ni en la oscuridad, ni en la gente, ni en ningún lugar. ¿Adónde se habían ido? ¿Adonde, justo ahora?
Me sentí sola, me sentí inútil, me sentí más mareada. ¿A que había venido si no es a ver todos tus rostros? Te fuiste, vos y todos los tuyos. La medula grito voz de alto al alcohol. Todo dio vueltas, vueltas, muchas vueltas que iban aumentando en velocidad. Ya no eras rostros, ahora eras el movimiento. Fue cuando entendí, estabas aquí, no podías dejar de estar, eras lo que producía todo este movimiento en cada una de las personas. Eras movimiento, eras mi movimiento, no tenía poder de acción frente a tu rostro.
Y cuando realmente apareció el movimiento, la luz se convirtió en movimiento intermitente sobre vos. Y ahí estabas, haciendo tu pasito tonto al hacer café, en la pista, en el medio, en tu monoambiente. Aturdida, corrí hacia la puerta, sostuve mi cara para no dejar caer las lágrimas, las contuve tanto que se fueron para adentro. Entre alterada al baño y vomite en el inodoro todo tu amor, todo mi amor, todos los rostros, todos tus movimientos, todo el movimiento…

viernes, 20 de agosto de 2010

No soy yo la que se va, sos vos el que me deja ir...

De un filo


A veces soy campera de cuero verde, otras blusa de gasa, pocas veces un jeans tiro alto. Cuando llueve soy un paraguas que titila rayas en blanco y negro. Para cuando vienes a casa descalzas van las bucaneras rojas. Aún así, siempre, casi siempre, en muchas veces, no dejo de ser botas negras de cuero. Esas que mis padres arreglan los tacos cada otoño para echar a andar.Son reales, escupiendo calles, enmarañando luces e iluminaciones, destacando brizas. Caprichosas de tacos gruesos para bailar. De cierre altanero, marcando una sonrisa extrema de tobillo a rodilla. De funciones extremas y organizaciones meticulosas. Anidando recuerdos, de esos que no son de buena educación contar. Se curva la espalda para esconder el filo, se toma la seguridad en el posicionamiento y se echa a andar…