Las cosas no se dan, se luchan, se ganan, se pierden, se roban, se negocian, se quitan, se regalan… Es por este sentimiento que me juego, por esta convicción de enfrentar eso que yo quiero. Malditos sean los conformistas que intentan excusarse en el azar para esconder su cobardía, su miedo al fracaso. ¡Bendigo al fracaso humano de las relaciones! Y así estrellarnos, vez tras vez, sobre el inmenso muro de excusas, problemas e impedimentos de una conexión entre dos personas.
Silvina Allegretti, mi profesora de Producción y Comprensión de Textos I (a ella no le gustaba que resumiéramos el nombre de la materia), tenía una frase violenta: ¿Por qué nos enamoramos? El amor es la única empresa destinada al fracaso”. Y si, después de tres años aún no he podido contestarle.
Y fracasamos, nos va muy mal, terminamos escuchando canciones cursis y emborrachándonos con cualquier cosa que nos recuerde al bastardo. Pero vale la pena, mierda que vale la pena, por esos momentos que no pueden ser comparados con nada. Y allí me veo, caminando como una diva, contenta porque llovía y estaba estrenando mi paraguas, escuchando música, disfrutando de no se que mientras todos corrían para esconderse de un poco de agua… ¡que bello puede ser el fracaso!
Silvina Allegretti, mi profesora de Producción y Comprensión de Textos I (a ella no le gustaba que resumiéramos el nombre de la materia), tenía una frase violenta: ¿Por qué nos enamoramos? El amor es la única empresa destinada al fracaso”. Y si, después de tres años aún no he podido contestarle.
Y fracasamos, nos va muy mal, terminamos escuchando canciones cursis y emborrachándonos con cualquier cosa que nos recuerde al bastardo. Pero vale la pena, mierda que vale la pena, por esos momentos que no pueden ser comparados con nada. Y allí me veo, caminando como una diva, contenta porque llovía y estaba estrenando mi paraguas, escuchando música, disfrutando de no se que mientras todos corrían para esconderse de un poco de agua… ¡que bello puede ser el fracaso!